Septiembre nos deja un regusto agridulce. Seguro que a ti también te pasa. Agrio, porque todo lo bueno se acaba (sí, nos referimos a las vacaciones) y volvemos a la rutina de las ciudades y los despachos. Dulce, porque este mes nos permite hacer borrón y cuenta nueva, así como plantearnos propósitos absurdos que olvidaremos a las dos semanas. Igual que por fin de año, vaya, pero en manga corta.
Septiembre es también el mes de la vuelta al cole, no lo olvidamos. Precisamente, a lo largo de las últimas semanas, en la oficina hemos debatido mucho en torno a este concepto. ¿Estamos preparando a las nuevas generaciones para el futuro o las estamos anclando en el pasado con prácticas y metodologías obsoletas?
Por supuesto, no poseemos la solución del problema (nadie la tiene). Lo que sí hemos hecho es apuntar algunas ideas sobre el papel que juegan la comunicación y el lenguaje en nuestro crecimiento personal, académico e incluso profesional. Y, de este entretenido debate, nace la newsletter que estás leyendo ahora.
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